Un acta sin valor de ley, fruto de una reunión a puerta cerrada, amenaza con borrar décadas de derechos reconocidos por la Justicia y pone en jaque el futuro de miles de profesionales en todo el país.
En una maniobra que atenta directamente contra el núcleo fundacional de la profesión, un grupo de trabajo de REPARTO del mercado del Ministerio de Industria, irónicamente llamado «de Unidad de Mercado», ha emitido un acta con fecha del 5 de noviembre de 2024 que propone un drástico recorte en las atribuciones de los Graduados e Ingenieros Técnicos de Telecomunicación.
El acuerdo, al que hemos tenido acceso, analiza 10 campos clave de la Seguridad Industrial y concluye, sin justificación técnica ni amparo legal, que nuestra profesión debe ser excluida de 8 de ellos. Áreas tan fundamentales como sistemas contra incendios, ascensores, instalaciones de gas o equipos a presión, que hasta ahora contaban con la plena competencia de nuestros titulados, nos serían vetadas.
No Solo Injusto, Sino Nulo de Pleno Derecho
Más allá del debate sobre la idoneidad, este acuerdo es nulo de raíz. La Ley 39/2015 del Procedimiento Administrativo Común de las Administraciones Públicas es tajante en su artículo 47.1.c), que declara nulos de pleno derecho los actos que «tengan un contenido imposible». Un grupo de trabajo administrativo no puede, bajo ningún concepto, legislar sobre competencias profesionales, ya que es una materia reservada a normas con rango de Ley. Pretender modificar por la vía administrativa, un acuerdo, lo que una Ley ha establecido es, por definición, un acto de contenido legalmente imposible.
Una contradicción inexplicable: La propia ley de industria, ignorada
Para mayor inri, esta decisión choca frontalmente con la Ley 21/1992 de Industria, el marco legal que rige precisamente estas actividades. Dicha ley reconoce explícitamente la industria de las telecomunicaciones dentro de su ámbito. Las competencias que ahora se nos pretenden arrebatar (eléctricas, térmicas, de protección contra incendios, etc.) no son ajenas a nuestra profesión, sino imprescindibles para el desarrollo de infraestructuras de telecomunicaciones complejas, como los Centros de Procesamiento de Datos (CPD), otra forma de denominar a las modernas Centrales Telegráficas donde el Graduado y el Ingeniero Técnico de Telecomunicación tiene la exclusividad..
La conclusión es ineludible: se está intentando, por la puerta de atrás, arrebatar trabajo a unos ingenieros para entregárselo a otros. Una práctica de reparto de mercado repudiable que nada tiene que ver con la competencia técnica ni con el interés general.
Un retroceso ilegal con consecuencias reales
Aunque este documento carece de valor normativo –ya que las competencias profesionales están reservadas a la Ley, según el artículo 36 de la Constitución–, sus efectos ya se están notando. Administraciones en comunidades como Madrid y Andalucía están utilizando esta acta como excusa para rechazar proyectos y limitar la actividad de nuestros compañeros.
Ya tenemos constancia de un colegiado en Madrid que se enfrenta a serios inconvenientes para un proyecto de refrigeración de un CPD (un centro de datos, el corazón de las telecomunicaciones modernas), una instalación que define la esencia misma de nuestra especialidad.
Una lucha de décadas, ignorada en un día
Esta decisión ignora por completo la Ley 12/1986, que reconoce la «plenitud de atribuciones» de los graduados y los ingenieros técnicos en su especialidad, y las innumerables sentencias del Tribunal Supremo que, durante más de 30 años, han reafirmado nuestra capacidad. Los tribunales han sido claros: frente al principio de exclusividad, debe prevalecer el de libertad con idoneidad. Lo que importa es el conocimiento, no las barreras burocráticas.
Este «reparto» del mercado no solo es un ataque a nuestra profesión; es un ataque a la lógica, a la competencia y al progreso. Limitar la capacidad de los ingenieros no es proteger a la sociedad, es frenarla. No se puede poner límites a la ciencia y la técnica con un simple acuerdo administrativo.
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El futuro de nuestra profesión no se negocia. Se defiende.
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LIT Lucha por la Ingeniería – telecos
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